El informe destaca que hay un aumento del 39,5% de familias viviendo en campamentos, llegando a 113.887 hogares en total. Además, hay 1.290 campamentos en todo el país, un 33,1% más que en el periodo anterior.
La mayoría de los campamentos se formaron entre 2010 y 2020. También se descubre que los campamentos son más grandes ahora, con un promedio de 88,3 hogares cada uno. La zona norte del país tiene los campamentos más grandes, mientras que los más pequeños se encuentran en el centro sur.
El catastro también muestra que hay muchas familias inmigrantes viviendo en campamentos, un aumento neto de 14.603 hogares desde el último catastro. Solo el 6,2% de las familias provienen directamente de otro país.
En cuanto a los servicios básicos, el acceso al agua potable es difícil. Solo el 5,9% de los campamentos tiene acceso formal, mientras que el 44% logra obtenerla a través de “pinchazos” a la red pública y el 30,5% mediante un camión aljibe. La electricidad es más accesible, con el 17,2% de los campamentos con medidor propio y el 63,1% “colgados” a la red pública. En cuanto a los servicios sanitarios, el 40% de los campamentos tiene una solución formal, mientras que el 32,9% accede de manera informal mediante letrina sobre pozo negro.
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